Las altas temperaturas en España durante la estación el Verano pueden provocar un fuerte impacto significativo en la salud. Además, estas extremas temperaturas suelen ir acompañadas de baja humedad y nula precipitación, lo cual agrava aún más las condiciones climatológicas. En definitiva, las olas de calor generan múltiples problemas de salud en las personas, siendo el golpe de calor el más extremo.
Un golpe de calor, también conocido como insolación o hipertermia, es una afección médica grave causada por la exposición prolongada a altas temperaturas y la incapacidad del cuerpo para regular adecuadamente su temperatura interna. Ocurre cuando la temperatura corporal aumenta a niveles peligrosamente altos y el sistema de enfriamiento del cuerpo no puede eliminar el exceso de calor.
El golpe de calor puede ocurrir en condiciones extremas de calor, especialmente cuando hay una combinación de altas temperaturas ambientales, alta humedad y falta de ventilación. También puede ser desencadenado por actividades físicas intensas en climas calurosos.
Los síntomas iniciales del golpe de calor incluyen sudoración excesiva, mareos, debilidad, dolor de cabeza, náuseas y vómitos. A medida que la condición empeora, pueden presentarse síntomas más graves como confusión, convulsiones, dificultad para respirar, pulso rápido y fuerte, piel enrojecida y caliente, y pérdida del conocimiento.
Pero… ¿cómo prevenir un golpe de calor?
Para prevenir un golpe de calor, es importante tomar precauciones y seguir algunas recomendaciones durante períodos de altas temperaturas.
Algunas de las medidas que debes tener en cuenta son:
- Mantente hidratado: bebe suficiente agua a lo largo del día, incluso si no tienes sed. Evita el consumo excesivo de alcohol y cafeína, ya que pueden contribuir a la deshidratación.
- Mantente hidratado: bebe suficiente agua a lo largo del día, incluso si no tienes sed. Evita el consumo excesivo de alcohol y cafeína, ya que pueden contribuir a la deshidratación.

- Viste ropa adecuada: usa ropa ligera, holgada y de colores claros. Opta por tejidos transpirables que permitan la ventilación y la evaporación del sudor.
- Permanece en lugares frescos: si no cuentas con aire acondicionado en tu hogar, busca lugares públicos como centros comerciales, bibliotecas o cines que tengan aire acondicionado y puedas utilizar como refugio temporal.
- Reduce la actividad física intensa: durante los días de calor extremo, limita la práctica de actividades físicas vigorosas, especialmente al aire libre. Si tienes que hacer ejercicio, elige las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde, cuando las temperaturas son más bajas.
- Presta atención a los grupos vulnerables: los niños pequeños, los ancianos y las personas con enfermedades crónicas son más susceptibles al golpe de calor. Asegúrate de que estén adecuadamente hidratados y en ambientes frescos.
- Evita la ingesta de alimentos muy pesados y haz comidas ligeras y frescas: ensaladas, frutas, verduras… La temperatura corporal aumenta con las digestiones pesadas.
- Mantén tu hogar fresco: utiliza ventiladores, persianas o cortinas para mantener tu hogar fresco. Si es posible, utiliza aire acondicionado para mantener una temperatura agradable en el interior, sino utiliza paños de agua fría y ventiladores portátiles.
Recuerda que el golpe de calor es una condición grave y potencialmente mortal. Si experimentas síntomas como mareos, confusión, debilidad extrema, náuseas o piel caliente y seca, busca atención médica de inmediato.

Si estoy sufriendo un golpe de calor…
Si estas sufriendo un golpe de calor es importante actuar de manera rápida y tomar las siguientes medidas:
- Llama a emergencias: solicita ayuda médica de inmediato llamando al número de emergencias 911. Informa que crees que estás experimentando un golpe de calor y sigue las instrucciones que te den.
- Refrésate: intenta enfriar tu cuerpo lo más rápido posible. Puedes hacerlo aplicando compresas o toallas mojadas con agua fría en tu cuerpo, especialmente en el cuello, la cabeza, las axilas y la ingle. Si es posible, toma un baño o ducha fría.
- Hidrátate: bebe agua fresca o bebidas isotónicas para rehidratarte.
- Descansa y eleva las piernas: si es seguro hacerlo, acuéstate en posición supina y eleva las piernas ligeramente para ayudar a mejorar la circulación.
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